Cuando se acerca un evento deportivo de mi interés, sea un partido de fútbol de Uruguay o una carrera de Fórmula Uno, espero con muchas ansias que llegue su inicio. Luego de ocurrido el evento, normalmente quedan sentimientos de alegría o amargura y sensaciones agradables o ásperas.
El domingo se corrió el Gran Premio de Francia de Fórmula Uno en Magny-Cours. Prometía ser una muy buena carrera, con una pista muy linda de curvas rápidas y difíciles. El evento comenzó mal, porque Uberti dijo que el polaco largaba séptimo (en realidad largaba quinto) y ni siquiera fué capaz de retractarse luego de ver la grilla de partida (mostrada en pantalla luego de su comentario).
Las Ferraris volaron, hicieron el "uno dos", incluso con un problema en los escapes del hombre de hielo. El niño sigue con sus cagadas. El gallego no anduvo bien, también tuvo errores. El germano-uruguayo muy lejos. Heifeld mal. El Toyota de Trulli tercero (primer podio). El polaco logró un magro quinto puesto, no pudo pasar a nadie.
Lo único que queda por decir son las sensaciones y sentimientos que me dejó esta carrera: . No es un error, no me dejó nada, fué algo insulso, insípido, incoloro e inoloro. Ni sentimiento de alegría ni de amargura. Ni sensación aspera ni agradable. Nada.
Espero que mejore.
No hay fotos ni video ni nada.
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