Pero que pasó con una de estas 530 unidades?? Sí, llegó a las manos de un jeque árabe, obviamente lleno de guita. Este jeque encargó a Franco Sbarro, fundador de una compañia suiza dedicada a la creación de replicas de autos deportivos, a modificar el coche.
La feliz idea era tener un coche para practicar la "caza con halcón", y el que más se adecuaba era este barato Rolls-Royce... Se añadieron algunas barras para que los halcones se apoyen, se modificó el parabrisas para poder tumbarlo y así ver todo lo que está alrededor con claridad, también se colocaron unas ruedas como para andar en el campo...
Más o menos lo que quedó fue esto:


Tristísimo.
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